Noticias
enero 6, 2022

Así cuida una comunidad a la tortuga de río, en peligro de extinción

Así cuida una comunidad a la tortuga de río, en peligro de extinción
  • “En este Gobierno hemos logrado el fortalecimiento de 3070 negocios verdes, lo que se traduce en 35 mil empleos sostenibles directos”: Carlos Eduardo Correa.
  • Colombia cuenta con 447 negocios verdes de turismo de naturaleza sostenible verificados por el MinambienteMinambiente Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.
  • “Debemos conservar, ellos son animales, son seres vivos que merecen vida y respeto. Están en este mundo antes que nosotros”: Diana Hernández, de Econbiba.

Lorica (Córdoba), 6 de enero de 2022 -MADS-. Disfrutar en armonía con la naturaleza es la invitación que hace el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible para los colombianos durante estas vacaciones.
Quienes estén en el Caribe, en especial en el departamento de Córdoba y quieran conocer una exitosa experiencia de conservación y amor por las especies, pueden hacerlo en la cuenca baja del río Sinú, uno de los lugares del norte de Colombia que vio nacer a la tortuga de río (Podocnemis lewyana), especie endémica que, durante los últimos años, se ha visto amenazada por acciones humanas. Por ello, hoy se encuentra en la categoría En Peligro, de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su sigla en inglés).

Pese a las amenazas, con sus colores gris pizarra y café, estas tortugas siguen habitando en algunas cuencas del Caribe, entre estas también del Magdalena. Para los cordobeses, la especie es hija de la tierra, y es por eso que comunidades como la de Cotocá Arriba, en el municipio de Santa Cruz de Lorica, se han unido para trabajar por su protección y conservación a través del negocio verde Cooperativa Multiactiva Ecoturística para la Conservación de la Ciénaga de Bañó Ltda, Econbiba.

“Vida para todos”

Para Carlos Eduardo Correa, ministro de Ambiente, en estas fechas de descanso los colombianos también deberían aprovechar, en las regiones donde se encuentren, para conocer un poco más sobre la inmensa biodiversidad que caracteriza al país, y así valorar mucho más los recursos naturales.

“Felicito a la comunidad de Cotocá Arriba por este gran emprendimiento que le da ejemplo al país. En este Gobierno hemos logrado el fortalecimiento de 3070 negocios verdes, lo que se traduce en 35 mil empleos sostenibles directos, de los cuales el 42 % corresponde a mujeres. Estas acciones comunitarias ayudan a conservar las especies, a darle más vida a los animales que están en peligro de extinción y a que las dinámicas naturales de los ecosistemas no se pierdan, lo que significa vida para todos”, dijo el ministro Correa.

Los turistas pueden ver el proceso

Rodrigo Negrete, miembro de este negocio verde, recuerda que cuando era niño salía a la orilla del río y veía muchas tortugas, pero eso fue disminuyendo a medida que pasó el tiempo. “Nuestros padres nos inculcaron que había que proteger esta especie, por eso nos reunimos varias personas y conformamos el grupo. Nosotros llevamos a los visitantes al río, les explicamos el proceso de cómo se hace la conservación, y además hacemos charlas ambientales”, dice.

Dicha conservación se lleva a cabo en cuatro pasos que pueden presenciar los turistas: primero, la recolección de huevos de tortuga de río; segundo, el traslado de estos a una incubadora; tercero, el proceso técnico de incubación de la mano de expertos, y cuarto, la liberación de la especie a su hábitat natural.

“El hecho de que en el Sinú se esté rescatando una especie de tortuga que está entre las 25 más próximas a desparecer del planeta, hace que este negocio sea muy atractivo a los turistas, a las personas que les gusta venir a ver a los reptiles. Esta es una experiencia distinta en el corazón del departamento de Córdoba, en una de las entradas directas al golfo de Morrosquillo”, afirma Luis Carlos Negrete, director del negocio verde.

“Son seres que merecen vida y respeto”

Diana Hernández Peralta, una de las dos técnicas en incubación, afirma que al recibir los huevos de las tortugas, los ponen en poncheras con arena, los cubren con plástico, los marcan y los meten en la incubadora por 53 días, mientras los hidratan y revisan.

“La época de recolección y liberación de huevos es de enero a mayo. Y aquí el visitante puede participar del proceso. Nosotros recogemos los huevitos de las tortugas para que no se pierdan y los regresamos. Si nosotros no hiciéramos eso, muchas tortugas no nacerían. En cada temporada rescatamos unas 2000 tortugas. Debemos conservar, ellos son animales, son seres vivos que merecen vida y respeto. Están en este mundo antes que nosotros y es maravilloso compartir con ellos”, expresa Hernández.

Visitarlos apoya a las tortugas

Econbiba, que ya cumple 16 años concientizando a los turistas sobre la importancia de la conservación y protección de la tortuga de río, cuenta con 30 personas de la región que desarrollan actividades como paseos por el río y la ciénaga, y educación ambiental en materia de pesca tradicional y cuidado de los recursos naturales. Asimismo, prestan servicios como senderismo, avistamiento de aves, alojamiento, restaurante y gastronomía típica de la región.

“Hay muchas personas que no conocen todavía este gran ecosistema. Invitamos a la gente a que nos visite, a que venga a la ciénaga, a que conozca nuestra cultura”, dice Pedro León Cantero, miembro del equipo de Econbiba.

Más de 400 buenas razones

Este negocio verde hace parte de los 447 emprendimientos que se dedican al turismo de naturaleza sostenible y que han sido verificados por el Minambiente y las autoridades ambientales del país.

Para conocer más sobre los servicios de Econbiba y disfrutar de una experiencia distinta, las personas interesadas lo encuentran en Instagram como @econbiba, o en su página web econbibaturismo.com. En el Portafolio de Turismo de Naturaleza del Minambiente, se puede saber más acerca de estos negocios: https://negocios-verdes-mads.hub.arcgis.com/.

“Cuando es el momento de nacer, la tortuguita empieza a empujar el cascarón con una pata, saca la primera pata. Cuando las liberamos, siento una alegría inmensa al saber que son libres, y cuando las veo en el río, me digo: ‘Esas son mis tortugas, eran mis bebés y están libres’”, concluye Diana Hernández.