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mayo 16, 2019

¿Quiere saber qué tan biodiverso es Colombia? ¡Conozca estas rarezas de nuestra fauna!

¿Quiere saber qué tan biodiverso es Colombia? ¡Conozca estas rarezas de nuestra fauna!

Colombia es un país megadiverso. Su ubicación geográfica no solo permite que, a falta de uno, esté bañado por dos mares, sino que en un rango relativamente estrecho en términos de kilómetros cuadrados, puedan encontrarse todos los pisos térmicos.

Gracias a ello, y según datos del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, existe tanta diversidad de ecosistemas, que el número de especies de fauna y flora superan por mucho a los encontrados en la mayoría de países del mundo.

Pero, ¿qué sabemos de esas especies que rara vez podemos observar?

Germán Forero, director científico de Wildlife Conservation Society, el profesor de la Universidad Nacional y Curador de Ornitología, Andrés Cuervo, y Federico Pardo, biólogo y explorador de National Geographic, nos acercan a algunas de las especies que, por encontrarse en áreas geográficas muy específicas y por su bajo número de individuos, ya podrían ser consideradas algunas de las especies más raras del país.

Atopophrynus syntomopus: También conocida como rana Sonsón, esta especie fue hallada en este municipio del oriente de Antioquia y aunque se han realizado expediciones en su búsqueda, no se le ha visto desde los años 80. Está clasificada por la UICNUICN Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) como una especie en peligro crítico.

Hyloxalus edwardsi: La rana saltona de Edwards vive en arroyos de páramo, le gusta esconderse entre las rocas o nadar en aguas torrentosas. Se encontraba reportada en la cueva de Las Moyas a 3.030 metros sobre el nivel del mar, cerca de La Calera, en Cundinamarca. También se ha reportado en el PNNPNN Parques Nacionales Naturales Chingaza. Ha permanecido sin registros desde los años 90. Pese a varias expediciones realizadas no se ha podido registrar de nuevo. Por ello está catalogada en Peligro Crítico. Algunos creen que se encuentra extinta.

Mesoclemmys dahli: O tortuga carranchina. Es la única de la familia Chelidae que está al norte de los Andes. Está restringida al bosque seco de Colombia y sufre de problemas de endogamia que ponen en riesgo las pocas poblaciones conocidas. Por endogamia se entiende el cruce de miembros de una misma familia. A causa de este método, los animales sufren más defectos genéticos y enfermedades.

Oophaga occultator: Esta especie de rana ha sido recientemente reportada en Timbiquí, Cauca, se desconoce si aún está presente en inmediaciones del río Patía. Es una especie poco abundante, y como todas las especies del género Oophaga puede ser objeto del tráfico de especies. Según el Libro Rojo, que condensa el inventario de especies en peligro y según el nivel de riesgo, se necesitan encuestas para acopiar información en términos de población, ecología y amenazas, que permitan determinar mejor las medidas de protección.

Rhaebo atelopoides: O Sapito de los Andes occidentales. La especie permaneció sin registros desde 1980. Sin embargo, en el 2017 se redescubrió la especie en el PNN Munchique. Aunque no se tiene suficiente información sobre lo que la amenaza, se sabe que algunos cultivos de uso ilícito estarían comprometiendo la salud de sus hábitats.

Amazilia castaneiventris: Es una especie de colibrí cuya presencia se encuentra restringida al Cañón del Chicamocha en Santander y depende del bosque seco que está desapareciendo. Se estima que la expansión de la frontera agrícola y la minería, estarían afectando considerablemente el estado de sus hábitats.

Penelope perspicax: También conocida como la pava caucana, habita en los bosques secos del Valle del Cauca. Se encuentra clasificada como una especie en peligro de extinción, debido especialmente a que ha perdido más del 95% de su hábitat. Se calcula que antes podía ser vista “pavonéandose” entre las ramas en un área de casi 25.000 km2. Hoy se encuentran confinadas en solo 750 km2.

Santamartamys rufodorsalis o ratón arbóreo de Santa Marta. Hace nueve años el USA Today registraba la historia de cómo un grupo de biólogos vieron a un pequeño roedor merodeando en las instalaciones de la cabaña donde estaban alojados, en la Sierra Nevada de Santa Marta. Le tomaron fotos y en un par de semanas les confirmaron que habían redescubierto una especie de la que no se tenían noticias desde hacía más de un siglo. Esta especie es quizás de las más raras.

Mustela felipei o comadreja colombiana, es a la luz de algunos expertos el carnívoro más raro en América del Sur. De hecho se dice que en el siglo anterior no hubo ningún registro visual de este mamífero y solo fue hasta 2015 cuando, por accidente, se vio una en una finca del municipio de Dagua, Valle del Cauca. Es considerada como especie vulnerable por la UICN.

Plecturocebus caquetensis o Tití del Caquetá. Es una especie endémica de la que quedan, se estima, solo 300 individuos como consecuencia de la progresiva reducción de su hábitat. Es dispersor de semillas, monógamo y defiende su territorio. Hace parte de los 25 primates más amenazados del mundo.

La grallaria urraoensis o el tororoi de Urrao. Fue descubierta por estudiantes colombianos en el Páramo de Frontino (Antioquia). En el mundo, sólo ha sido visto en esa zona.

Otras especies que son consideradas raras por los escasos avistamientos que se han hecho de ellas son el lipaugus weberi o arrierito antioqueño, el único lugar del mundo donde se le ha visto ha sido en inmediaciones de Amalfi y Anorí (Antioquia).

El chlorostilbon olivaresila o esmeralda del Chiribiquete se encuentra restringido a la zona de arbustos de suelos con pocos nutrientes en la Serranía de Chiribiquete.

Y el zamarrito del Pinche (Eriocnemis isabellae), un colibrí muy raro de la Serranía del Pinche (Cauca), que muy poca gente lo ha reportado.