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mayo 16, 2019

Una oportunidad para corregir errores y velar por el equilibrio entre las especies

Una oportunidad para corregir errores y velar por el equilibrio entre las especies

Biodiversidad y pandemia

La vertiginosa propagación del coronavirus que ya ha cobrado la vida de más de 322 mil personas alrededor del planeta, más de 600 de ellas en Colombia, ha abierto entre muchos otros debates, la puerta a la discusión científica de la relación directa que existe entre la pérdida de la biodiversidad por la acción humana, y la aparición de nuevos virus y pandemias.

Según el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMAPNUMA Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) el 60% de las enfermedades infecciosas humanas registradas son zoonóticas, es decir que se transmiten de animales a personas; y alrededor del 75% de todas las enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en humanos (ébola, VIH, gripes aviarias, zika, los SARS, entre otros) tienen también origen animal.

«La emergencia de enfermedades zoonóticas está asociada con frecuencia a los cambios medioambientales», consecuencia de «las actividades humanas, que van desde la modificación del uso del suelo hasta el cambio climático», señaló el PNUMA en un informe de 2016.

Y aunque ciertamente es un tema que viene abordándose de tiempo atrás por expertos, académicos, ambientalistas y la comunidad científica, nunca antes había sido tan evidente desde todos los escenarios de estudio, la relación entre la salud de los ecosistemas y la salud de los humanos.

Esta emergencia sanitaria mundial del COVID-19 ha dejado en claro que el bienestar y la seguridad de la humanidad, están estrechamente ligados a la salud de los ecosistemas que nos proveen elementos vitales como el agua, el aire, los alimentos e incluso las medicinas. La ciencia ha demostrado que la afectación de hábitats de áreas silvestres y la pérdida de biodiversidad, han aumentado la exposición de las personas a virus que permanecían aislados, lo cual ha incrementado así mismo el riesgo de pandemias.

“Para asegurar la cadena de suministro de agua, energía, medicinas o alimentos debemos asegurarnos de que los ecosistemas como páramos, humedales, manglares, bosques húmedos o secos, o los mismos ríos, estén muy sanos y provean los servicios y recursos que necesitamos para vivir”, advirtió al respecto Ricardo Lozano, ministro de Ambiente de Colombia.

La investigación de la relación entre biodiversidad y la aparición de enfermedades infecciosas recibe el nombre de “ecología de la enfermedad”. Para los científicos e investigadores acciones como la deforestación, el tráfico de especies, la minería ilegal, tala de bosques, o la urbanización, que suponen en la mayoría de los casos la transgresión del hombre en el hábitat de los animales silvestres y alteran el equilibrio entre especies, elevan el riesgo de entrar en contacto con estos virus y asimismo de la transmisión de enfermedades.

“Nos encontramos ante una crisis de salud pública que en realidad está directamente vinculada a una crisis de la salud del planeta y de pérdida de biodiversidad. Su conservación y defensa es la garantía para prevenir futuras pandemias y hacernos más fuertes frente a las que vengan”, señala un reciente informe de la organización WWFWWF World Wild Found titulado ‘Pérdida de Naturaleza y Pandemias.

Es por ello por lo que los expertos advierten de la importancia que cobra en este momento el concepto One Health una estrategia global que propone aunar esfuerzos y aumentar la coordinación interdisciplinar en torno al cuidado de la salud de las personas, de los animales y el medio ambiente, entendiendo que todos están interconectados, para orientar así la investigación, legislación y políticas y alcanzar de esta forma mejores niveles de salud pública.

“Estos principios, del movimiento One Health, se desprendieron de los Principios de Manhattan, introducidos en el 2004, cuando científicos globales de la salud, la biodiversidad y los ecosistemas hicieron sonar la primera campana previendo el estado actual en que se encuentra la humanidad, y que fue acogido en el 2018 en la COP 14 de la Convención de Diversidad Biológica sobre “Salud y Diversidad Biológica”. Y cuya conclusión afirma que aún estamos a tiempo para corregir el camino”, advierte el ministro Ricardo Lozano.

En esta afirmación sobre que aún hay tiempo de corregir lo andado, coinciden expertos y estudiosos de todas partes del mundo, reiterando que esta pandemia del coronavirus debe entenderse como una oportunidad para reinventar la relación del hombre con la naturaleza y para poner el cuidado de esta en el centro de los planes de recuperación globales pos-COVID-19.

“Se requiere un equilibrio para el sistema ecológico que nos permita sobrevivir a las especies que habitamos en el planeta, y que hacemos parte de los diferentes ecosistemas. Se debe tomar este momento histórico para que los países puedan tomar conciencia y tomen las decisiones correctas en favor del planeta”, asevera el ministro de Ambiente colombiano Ricardo Lozano.

Sobre esta temática girará sin duda gran parte de la discusión y análisis durante la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente. El llamado general pues es a duplicar esfuerzos desde las acciones cotidianas individuales hasta las políticas públicas de los gobiernos alrededor del mundo, para frenar la pérdida de biodiversidad, pues como advierten los expertos, de este propósito dependerá la salud del planeta y por consiguiente nuestra supervivencia como especie.