Con instrumentos económicos y financieros Colombia fomenta la competitividad de los negocios verdes

Colombia posee un inmenso capital natural, al ser uno de los países más biodiversos del mundo, tiene gran abundancia de recursos naturales renovables; incluyendo bosques, agua y ecosistemas estratégicos, como los páramos y humedales. “Este enorme potencial es la base hacia la cual debemos orientar nuestro modelo de desarrollo, lo cual solo es posible con emprendimiento e innovación”, dijo el ministro de ambiente, Luis Gilberto Murillo al exponer las políticas e instrumentos que permiten reorientar el desarrollo del país hacia el crecimiento verde, una de las estrategias del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 Todos por un nuevo país.
El Ministro Murillo explicó como desde el sector ambiente se trabajó en el fortalecimiento de instrumentos económicos, financieros y de mercado, a través de la creación de la Tasa Compensatoria por Caza de Fauna (Decreto 1272 de 2016) y la Tasa Compensatoria por la Utilización de la Reserva Cerros Orientales de Bogotá (Decreto 1648 de 2016), el ajuste a la Tasa por Utilización de Agua (Decreto 1155 de 2017); y el establecimiento de los esquemas de Pago por Servicios Ambientales (Decreto 870 de 2017), que promueven la conservación de las áreas de importancia estratégica y brindan una opción productiva a familias de las zonas rurales que ayuden a proteger nuestros recursos naturales.
“También participamos activamente durante la pasada Reforma Tributaria en la formulación, reglamentación e implementación del Impuesto Nacional al Carbono y el Impuesto Nacional al Consumo de Bolsas Plásticas, que busca desestimular el uso de las bolsas para disminuir la contaminación que causan y la gran amenaza para las especies acuáticas y marinas. Además, a finales del 2017 impulsamos incentivos tributarios relacionados con temas ambientales, como el Decreto 1564 que permite la exclusión de IVAIVA Impuesto sobre el Valor Añadido para el control y monitoreo ambiental, el 2198 que permite incentivos tributarios a los productores de bolsas plásticas o el 2205 que hace posible descontar hasta un 25% de la renta gravada por inversiones en control, conservación y mejoramiento ambiental», explicó Murillo Urrutia.
Igualmente, se impulsa el Sistema de Comercio de Emisiones, a través del cual se busca crear incentivos económicos para que los diferentes sectores productivos se involucren en la mitigación del cambio climático. “Todos estos instrumentos fomentan la competitividad de los Negocios Verdes, promueven el uso racional y eficiente de los recursos naturales renovables y desincentivan las prácticas que generan impactos negativos sobre el ambiente”, detalló Luis Fernando Ospina, asesor de la Oficina de Negocios Verdes del Ministerio de Ambiente.
Entre otros beneficios tributarios se destacan aquellos que promueven el uso de Fuentes No Convencionales de Energía Renovable, como la reducción definitiva del arancel para quienes compren buses y camiones híbridos, eléctricos y dedicados a gas natural, con lo que se contribuirá a promover la movilidad sostenible y tener mejor calidad de aire.
Frente a la eficiencia energética, con la expedición de la última reforma tributaria y la reglamentación, se amplían los beneficios ambientales y tributarios a otros sectores como el terciario y residencial, así como a otras acciones y medidas de ahorro y/o eficiencia energética que se apliquen, entre ellas, mejores sistemas de iluminación, alumbrado público, distritos térmicos, vehículos que permitan reducir las emisiones de contaminación y adecuación arquitectónica de edificaciones, entre otras.
A lo anterior se suma la Estrategia Nacional de Compensaciones que le permitirá a las autoridades ambientales y sectores productivos del País, tener instrumentos, herramientas, modos y mecanismos, para encontrar un balance que favorezca la conservación de la biodiversidad y la restauración de áreas degradadas producto del desarrollo de proyectos, obras o actividades.
Además existen instrumentos económicos, que constituyen mecanismos de regulación que buscan impactar directamente los costos o los beneficios que perciben los agentes económicos por la explotación o uso de los bienes y servicios que proveen los ecosistemas.
“Con estos instrumentos buscamos la internalización de costos y beneficios, pero también lograr un cambio en el comportamiento de las personas. Los incentivos tributarios contribuyen a que Colombia cuente con una matriz más amigable con el medioambiente y más diversificada, lo que significa más confiabilidad para el sistema energético y mayor bienestar para los colombianos”, señaló Ospina.