Minambiente impulsa justicia ambiental en Décima Conferencia Clacso

Durante el mayor encuentro de ciencias sociales y humanidades en América Latina, el Ministerio de Ambiente reafirmó su apuesta por una transición socioecológica con enfoque territorial, comunitario y basado en saberes ancestrales.
Bogotá, 11 de junio de 2025 (@Minambienteco) – En el marco de la X Conferencia Latinoamericana y Caribeña de Ciencias Sociales (Clacso), el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible participó con una agenda centrada en las apuestas público-privas para la justicia ambiental, la acción climática y el ordenamiento territorial. El evento, que se celebra en Bogotá, reúne a expertos, comunidades y movimientos sociales de toda la región.
El Ministerio expuso su visión de transición socioecológica como respuesta a los desafíos ambientales y climáticos del país. Esta apuesta reconoce que no se puede enfrentar la crisis ambiental sin cuestionar el modelo económico y social que la produce.
Durante cuatro espacios de diálogo que abarcaron los temas de justicia ambiental, acción climática, transición socioecológica, sistemas de conocimiento, Acuerdo de Escazú y educación ambiental, el Ministerio impulsó el enfoque del ordenamiento del territorio alrededor del agua, una propuesta que, en palabras de Tatiana Roa Avendaño, viceministra de Ordenamiento Ambiental del Territorio, rompe con “una lógica sectorial, instrumental y jerárquica que ha visto el agua como mercancía” y propone “un cambio de paradigma que pone la vida en el centro”.
“El Gobierno, a través del Portafolio para la Transición Socioecológica, ha trazado seis ejes de transformación, pero más allá, hay un eje mayor: superar estructuralmente el modelo de acumulación basado en el despojo. Esto requiere coherencia política, alianzas amplias y una visión de largo plazo que ponga la vida —no el capital— en el centro”, afirmó.
Las voces de los territorios ocuparon un lugar central en las discusiones. Nicolle Torres, mujer indígena muisca, destacó que “hay unas metodologías que son ancestrales y son tecnologías, es la ciencia de la tierra. Hay que poner todas esas diferencias a dialogar. Solo así el Gobierno del Cambio y el ordenamiento territorial alrededor del agua van a ser una realidad”.
Desde el campesinado, María Lemus, integrante de la organización Xisqua, recalcó el papel de la educación ambiental para enfrentar los efectos del cambio climático: “Vengo del Lago de Tota, donde se conserva el 14% del agua potable del país. Reconocemos que ya no vienen ciertas aves migratorias, un árbol nativo desapareció o que en marzo llueve más que antes. Ese conocimiento es clave para cuidar el territorio”.
Por su parte, Laura Rojas, del Consejo Nacional de Paz Afrocolombiano, llamó a reconocer el protagonismo de los pueblos negros en la construcción de justicia ambiental, asegurando que “las ciencias deben dialogar, no hay una ciencia mejor que otra. Todo está conectado y el papel de la academia y la sociedad debe ser arropar estas luchas. No se puede desconocer el papel de las mujeres negras en la construcción de país”.
Propuestas como la bioconstrucción, las huertas urbanas y la educación popular ambiental también hicieron parte de los llamados a transformar la manera en que se habita la ciudad, como lo expresó Lina Valcárcel, desde las montañas del sur de Bogotá.
El Ministerio cerró su participación reafirmando no se puede hablar de crisis climática, ambiental o energética sin interpelar al modelo civilizatorio que las produce. Frente a la expansión del extractivismo como lógica dominante en América Latina, nos comprometemos a dialogar con enfoques transformadores, justos y territorializados.